Para tener una completa visión de la evolución de las puertas interior y exterior en la historia de la humanidad, hemos de alejar el tradicional foco de la civilización cristina y occidental para dirigirlo hacia Oriente, donde tanto se dijo y tan bien, en el progreso estético y funcional de las invenciones y descubrimientos.
Las puertas interior y exterior en Japón y China
Frente a la extrema sofisticación característica de la cultura occidental, las puertas interior y exterior en el Lejano Oriente buscaban una mayor simplicidad en el extremo opuesto:
- La puerta tradicional china se compone de dos cuerpos. El superior es de celosía decorado con dibujos y caligrafías sobre papel de arroz como fondo. Los barrotes de sujeción no se disponen en cuadrícula sino como rastreles paralelos de orden curado. Junto con el tramo inferior de madera maciza, suelen ir lacadas o pintadas en color rojo.
- La carpintería japonesa clásica recibe una clara influencia china, pero se personaliza en su estilización. Las viviendas se compartimentan con paneles deslizantes que reciben diversas denominaciones en función de su ubicación interior o exterior y características opacas o translúcidas. La más importante es la shoji, puerta deslizante con celosía de madera ortogonal más cerramiento de papel de arroz o morera.
Puertas árabes labradas y de lacerío
La arquitectura árabe y del Magreb revela también en sus puertas interior y exterior el imperativo religioso de evitar las representaciones. Se propician formas geométricas de profusa decoración de la que resultan distintos tipos de puertas labradas, celosías y torneados.
Las puertas mudéjares españolas
El arte mudéjar es una simbiosis artística exclusivamente hispánica que se desarrolla entre los siglos XII al XVI y en la que se incorporan influencias, elementos o materiales de estilo hispano-musulmán consecuencia de la convivencia entre las culturas cristiana e islámica de la época.
La utilización de la carpintería de madera es uno de los elementos más representativos del arte mudéjar tanto en España como en la América hispana, receptora de esta técnica. Cubiertas y puertas interior y exterior se favorecieron de los exquisitos entramados de lacerío que las manos de los artesanos de la época legaron a la posteridad.
En la típica casa mudéjar, la puerta principal casi nunca está en el eje de simetría de la casa y una ventana, enfrente y no lejos de la escalera que conduce al nivel superior, ejerce de punto de vigilancia desde dentro.
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