Existe una capilla en la ciudad de Santa Fe (Nuevo México)que se ha constituido en centro de peregrinación de miles de fieles de la religión católica, al albergar dentro de sus paredes (como otros fántasticos ejemplos de escaleras de madera para interiores) una escalinata en forma de caracol atribuida a un milagroso carpintero.
Más allá del mito, la belleza y perfección de su construcción merecen siquiera un espacio de descripción y comentario.
La escalera
Uniendo la planta baja con el nivel superior del coro situado al fondo de la capilla, discurren 6,70 metros de escaleras de madera para interiores en forma de caracol efectuando dos vueltas de 360º perfectamente completadas.
No hay ningún pilar que la sustente ni clavos ni pegamento uniendo las partes ensambladas , manteniendo sus 33 peldaños un equilibrio y una estabilidad vertical dignos, si no de milagro, sí de la admiración de los innumerables turistas que las contemplan y del estudio aún por realizar por parte de ingenieros y arquitectos.
La madera que la constituye es de un tipo de abeto que no es originario de la zona del país donde se ubica la capilla.
El milagro
Cuenta la leyenda que las monjas que atendían la capilla no encontraban a nadie que les realizara una escalera lo suficientemente práctica y a la vez hermosa para que no afeara el diseño original del coro sobre el altar.
Ante la perspectiva de tener que derribar el coro, las monjas rezaron una novena y, misteriosamente, al noveno día apareció un extraño carpintero que se ofreció y construyó la escalera en tres meses, desapareciendo tan misteriosamente como había llegado sin cobrar su trabajo.
La leyenda atribuye este perfecto resultado de escaleras de madera para interiores a San José carpintero, padre de Jesús, y dio lugar a la actual peregrinación a este lugar objeto de culto.
La realidad de estas escaleras de madera para interiores
Alejándonos de creencias y milagros que puedan provenir de toda implicación religiosa, lo cierto es que este bello ejemplo de escaleras de madera para interiores es el producto de un gran trabajo artesanal realizado en madera.
De todas las supuestas explicaciones, complicadas por las dificultades que los propietarios de la capilla interponen a cualquier estudio o investigacion “in situ”, la más creíble es la que sostiene una historiadora local:
Fue Francois- Jean Rochas, artesano francés que se instaló en el Nuevo México, quién diseñó la estructura de la escalera siguiendo la escuela de Eiffel, encargando a Francia la construcción de las piezas que más tarde se ensamblaron en la capilla.
Lo cierto es que, quien quiera que fuese el artífice real de esta perfecta obra, resulta increíble la maestría con la que dominaba su oficio.
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Espacios en Madera, no hacemos milagros pero nuestros trabajos son igualmente asombrosos.