Por fin llegamos al presente en el apasionante recorrido histórico que hemos ido completando por entregas sucesivas contemplando la fascinante evolución de las puertas interior y exterior en madera a lo largo del tiempo.
Poco a poco, la Historia ha ido abriendo sus puertas hasta penetrar en sus secretos, su relación y dependencia con los estilos de cada época y en el perfeccionamiento de sus métodos de fabricación.
Hoy estamos delante de nuestro último umbral.
Traspasémoslo.
Los nuevos estilos a comienzos del siglo XX
Con el arranque del siglo XX, el carácter artesanal de la carpintería tradicional en madera cobra nuevos bríos.
Los primeros años de este nuevo siglo son acaparados por el protagonismo de la singular obra de Antonio Gaudí, el inmortal arquitecto catalán que junto a sus espectaculares construcciones modernistas, dejó sobrado testimonio de su talento en puertas interior y carpinterías de gran belleza. La distribución del interior de los edificios que proyectó, así como elementos que lo adornan y delimitan, dan muestra de una creatividad y originalidad tan grandes como la que transmite la contemplación de sus fachadas.
Tras el cataclismo europeo que acompañó a la I Guerra Mundial, los excesos culturales del modernismo se sobrepasaron con una vuelta atrás hacia propuestas de diseño más moderado, rejuvenecidas por los locos años 20 y sus más alegres propuestas estilísticas. Es el Art Déco.
Frente a los cambios de estilo, la estructura de la puerta plafonada permanece constante mientras que las sucesivas tendencias ornamentales, naturalista o geométrica, se reflejan sobre el bastidor o el plafón.
La aparición de las puertas interior planas
La aparición del racionalismo, movimiento estilístico de la década de los 30 con mayor vocación de permanencia que los dos anteriores, marca el comienzo de la vinculación de los elementos de construcción al proceso de industrialización.
El desarrollo del tablero contrachapado posibilita la aparición de las puertas de interior planas, modelo que se impone definitivamente en los años 50 cuando las ideas del racionalismo cristalizan y se universalizan en el denominado Estilo Internacional.
Producción industrial y producción artesanal
Mientras tanto, y durante el transcurso de los pocos años que completan el siglo XX y nos llevan a alcanzar el día de hoy, la puerta plafonada se siguió elaborando de forma tradicional con la inestimable ayuda de sistemas más mecanizados hasta caer en desuso por su escasez de demanda frente a otros productos resultado de otros procesos industrializados.
Las puertas interior tradicionales, santo y seña de la carpintería durante siglos, han quedado relegadas a artículo exclusivo que se atiende bajo pedido por talleres artesanales,
Las propuestas se mantienen en constante renovación.
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